Primero: la Luna, porque sin base no irás muy lejos

Para llegar lejos, necesitamos una base adecuada desde la cual impulsarnos. La Luna es la primera pieza a tomar en cuenta, porque es la encargada de proporcionar esos cimientos.

La Luna, la base

El símbolo Luna representa -en Astrología- a la madre, la familia en general y el hogar. Tiene que ver con el ámbito afectivo y la sensación de pertenencia al clan.

Es el punto de partida que constituye la base de la seguridad emocional. Desde este soporte, es posible el desarrollo hacia arriba y hacia adelante.

Si la base está fracturada o es carente del sustento básico, el crecimiento no tiene dónde sostenerse y, por lo tanto, el límite se presenta inmediatamente.

Más base, más lejos

Actualmente, el medio de transporte más rápido y que puede llegar más lejos de un tirón es el avión.

Para un impulso de esta magnitud, es sabido que las pistas de despegue (y aterrizaje) tienen un espesor de 40 metros aproximadamente. Es justamente esta base la que posibilita el vuelo en su punto de partida. Luego, depende de la características del propio avión.

Por lo tanto, sin pista adecuada, no hay vuelo, por más fantástico que sea el avión.

Lo mismo sucede en todos los ámbitos. Una casa de una sola planta requiere ciertos cimientos. Pero si la idea es construir un edificio de 8 pisos, las bases hay que multiplicarlas. Y sin sustento, el único techo posible es un toldo.

En consecuencia, tus objetivos no son reales, si tu base no puede sostenerlos.

Primero, la familia

La pertenencia, el clan y todos los lazos afectivos constituyen el punto de apoyo desde el cual nos propulsamos al mundo exterior.

Éste es el factor primordial para cualquier arranque. Por lo tanto, tendrás que prestarle especial atención si actualmente estás con gran enfoque en tus metas y no se produce el resultado esperado.

Como se trata de relaciones muy cercanas, es fácil saber lo que no funciona, pero difícil encontrarle una resolución ya que el vínculo está cargado de cuestiones emocionales.

Por lo tanto, habrá que poner manos a la obra dedicando tiempo, esfuerzo y comprensión.

Llegó el momento de ocuparse de los asuntos afectivos, del propio hogar y de la contención emocional necesaria para enfrentar la vida.

¿Primero el hogar o los vínculos?

Si respondiera alguien de Tauro, diría el hogar. Si fuese de Géminis, elegiría comenzar por los vínculos. Así que, todo depende de aquello que te resulte más importante para garantizar tu seguridad emocional.

Pero, digamos que éstos son los dos pilares fundamentales de una base adecuada.

Respecto de las relaciones familiares, como se trata de lazos muy complejos por historia compartida, siempre es apropiado ayudarse con algo externo con conocimiento probado. A tal efecto, las llamadas Constelaciones Familiares son sumamente ordenadoras y reparadoras de estas cuestiones tan personales. No me dedico al tema, pero te las recomiendo de todo corazón, en el caso de que te sea necesario.

Asimismo, en internet hay gran cantidad de escritos y videos sobre cualquier asunto familiar abordados desde esta perspectiva.

De igual manera, la dedicación al propio hogar constituye una tarea simbólica de acomodamiento emocional. Realizar limpiezas profundas, reparaciones y embellecimiento, ayudan en tal sentido.

Tomar decisiones: la clave de la función lunar

La Luna (familia, madre, hogar, etc.) es el punto clave en las decisiones; qué se queda y qué se va.

En todo clan se ubican los que pertenecen y quedan afuera los que no son de la familia. Actualmente, esta distinción es más subjetiva, pero permanece como concepto. Algunos seres son parte del ámbito íntimo y el resto no. De la misma manera, ciertas cuestiones se permiten en el hogar y otras están prohibidas, por decisión de los miembros que ocupan el lugar jerárquico.

Así, es posible observar que tomar decisiones es de lo más frecuente en el ámbito afectivo. Y, se van actualizando con el correr del tiempo.

Por lo tanto, al vez tengas que tomar decisiones que refieran a tu familia, pertenencia o relaciones afectivas.

Si la decisión es un cambio, primero «cerrar bien la puerta»

Si has decidido que lo mejor será un cambio, primero, cerrar bien la situación actual porque de esa semilla surgirá lo nuevo.

Los inicios siempre son el resultado de aquello que terminó. Por lo tanto, si decidiste mudarte, que la casa que aún habitás, quede lo mejor posible. Y lo mismo vale para relaciones afectivas que terminan o que se suspenden temporalmente para lograr una recuperación emocional.

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