La pareja: ¿conflicto o armonía?

En Astrología, la pareja corresponde al ámbito de la Casa VII.
En el mismo «paquete de información» se hallan también los socios, el equilibrio y la armonía.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, la pareja -al igual que la relación de socios- suele manifestarse como vínculo de conflicto.
En este artículo veremos por qué sucede y cómo llevar esos lazos al equilibrio.
Asimismo, podrás encontrarle un profundo significado a las dificultades propias de esta relación.
Especificaciones de la Casa VII
La casa VII corresponde al ámbito de experiencia de los vínculos de pareja y socios, los cuales refieren a relaciones de complementación.
Un lazo de complemento hace alusión a una parte diferente que ensambla con otra y la completa.
Ese otro que permite alcanzar la totalidad, aporta aquello de lo que se carece.
En el caso de las asociaciones comerciales -al conformar un ente externo y objetivo- es más fácil evidenciar la mutua necesidad.
Distinto es el caso del vínculo de pareja en el que, hoy en día, expresar que alguien necesita de otro para estar completo es casi una mala palabra.
Si lo pensamos bien, con ese criterio no debiéramos necesitar nada ni a nadie. Una vida en soledad y autosuficiencia, lo cual es bastante absurdo desde el punto de vista práctico porque también habría que ocuparse de todo: autocompletarse emocionalmente mientras generamos combustible, producimos alimentos, construimos máquinas, incluyendo medios de transporte, confeccionamos ropa, sabemos de medicina, asuntos legales, construcción, etc. etc. etc.
La complementación: clave en los vínculos de pareja

La pareja es una relación en la cual los integrantes del vínculo se aportan mutuamente aquello que le falta al otro. Allí, se completa cada uno y se logra el equilibrio y la armonía.
Sin embargo, como se mencionó anteriormente, en muchísimos casos la relación es de tensión y conflicto que oscila temporalmente con acuerdos y unión. Y esto se debe a que el vínculo está «cargado de sombra».
Es decir, aquello que genera dificultades no es lo que falta para estar completo/a, sino lo propio «en sombra» proyectado en la otra persona.
La pareja: el principal vínculo de aprendizaje
Cuando proyectamos nuestra propia sombra en la pareja, ese vínculo pasa a ser -también- de aprendizaje y no sólo de complementación.
Debido a que esta situación es muy común, podemos decir que la pareja podría llegar a ser una relación de concordia y armonía, siempre y cuando la proyección inconsciente haya sido reabsorbida.
¿Cómo saber qué es lo que puedo estar proyectando en la pareja?
Lo que se proyecta en el otro es precisamente aquello que nos provoca frustración, enojo y tensión.
Constituyen cargas propias, es decir, el otro simplemente actúa como «pantalla de proyección» para que podamos ver claramente lo que nos corresponde incorporar.
Por supuesto que, si cierto contenido está en sombra, significa que no podemos verlo. Gracias a nuestras relaciones -especialmente la de pareja- podemos vislumbrar el contenido del propio inconsciente.
Bien, ya sé lo que no me gusta (de mí). Y ahora, ¿cómo lo resuelvo?
Ahora, para cambiar la situación, es preciso poner manos a la obra en alguna de estas dos cuestiones. Verás cuál se aplica a tu caso:
Caso 1
Situaciones típicas:
- Reclamás la atención de tu pareja
- Te enojás si no te acompaña
- Exigís más muestras de afecto
- Querés llamar su atención todo el tiempo
- Sentís miedo en su ausencia
La causa profunda de estos problemas:
- Carencia de afecto en tu infancia y/o adolescencia. Ausencia de madre real o figurada. Falta de contacto con la función Lunar.
Resolución (absorción de la proyección):
- Trabajar la propia base de seguridad emocional.
Conectar con las propias emociones y expresarlas abiertamente. Llorar todo lo que sea necesario. Pedir el afecto que se necesita de forma clara y directa. Dejar de comunicarse con señales y supuestos sobreentendidos.
Construir el propio hogar o dedicar tiempo a mejorar el actual.
Caso 2 (5 opciones, pueden combinarse)
Situaciones:
- Violencia
- Críticas
- Locura/ Abandono
- Consumo de drogas/ Debilidad de carácter
- Dominación/ Sometimiento
La causa profunda de estos problemas (de todos es la misma):
- Carencia de límites claros, justos y objetivos. Falta de contacto con la realidad concreta. Ausencia de padre real o figurada. Desconexión con la función saturnina.
Se puede combinar con:
- Exceso de energía de acción (Marte) que genera situaciones de violencia.
- Necesidad de libertad (Urano) reprimida que genera la locura o el abandono del otro.
- Hipersensibilidad (Neptuno) bloqueada que ocasiona que alguien la encarne mediante el abuso de sustancias o con debilidad.
- Poder (Plutón) desequilibrado que oscila entre la dominación y el sometimiento.
Resolución (absorción de la proyección):
- Trabajar el propio crecimiento social.
Autosostenerse económicamente, decir no a lo que no se desea y sostenerlo en el tiempo. Hacerse cargo de todo lo que le corresponde. Dejar de pedir ayuda.
Darle mayor espacio a la profesión.
Requiere tiempo, esfuerzo y constancia.
Cuando se comienza a trabajar lo propio, se empieza a vislumbrar un cambio afuera, en este caso, en la relación de pareja.
Una vez completada la tarea correspondiente, pueden suceder dos situaciones:
- El problema vincular se resuelve (porque era sólo mío)
- El vínculo se rompe. Esta situación se debe a que el otro componente de la pareja tiene tarea pendiente con su propia sombra y depende de su decisión qué hacer con ello.
Si los grandes conflictos de pareja son originados por la propia sombra proyectada en el otro, el fin de los mismos es la reabsorción de lo proyectado.
De esta manera, asoma a superficie lo único que hay de real en el otro: precisamente aquello que no tenemos, que no nos podemos aportar solos y que nos ha enamorado.
No tener pareja: complementándose con la soledad
No tener pareja puede deberse a:
- Una decisión personal
- Un impedimento que viene por destino
En este último caso, el aprendizaje es justamente transitar la soledad para madurar aspectos infantiles de la personalidad. Los mismos, sólo pueden desarrollarse en ausencia de alguien que brinde afecto y contención.
Cuando la tarea personal esté terminada, el destino traerá el complemento apropiado (la pareja en armonía).
Repercusiones en el resto de las áreas de vida
Debido que al casa VII se corresponde con un ángulo de la Carta Natal, el resto de las áreas angulares se mueven al unísono.
Por esta razón, cuando se trabaja en una zona angular, siempre se evidencian modificaciones sustanciales en las otras áreas que conforman los ángulos principales de la Carta:
- Casa I: el destino
- Casa IV: el hogar, la familia, los afectos
- Casa X: la profesión, la imagen pública y los objetivos de vida
El hecho de comprender que la pareja es nuestro mejor espejo, nos permite contar con una imagen clara de quienes realmente somos, porque recién allí es que podemos modificar situaciones que nos resultan desagradables.
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